Mientras tanto, los investigadores han confirmado que la Tierra podría tener alrededor de un tercio más de bosques sin ningún impacto sobre las tierras agrícolas o las ciudades.
Sin embargo, la mayoría de las veces se recurre a soluciones muy difíciles de aplicar y caras para salvar el clima. Sin embargo, algunos investigadores han calculado y posteriormente confirmado un método que haría todo el asunto mucho más fácil y realista. La solución se llama "naturaleza".
Un estudio demuestra que el cambio climático puede combatirse más eficazmente mediante la forestación. Se podría plantar un tercio más de bosque en total sin que las ciudades o las tierras agrícolas se resintieran. Así lo han descubierto investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich. En la universidad, los investigadores muestran dónde podrían crecer nuevos árboles y cuánto carbono podrían almacenar. Plantando nuevos árboles se podrían absorber dos tercios de las emisiones de CO2 que dañan el clima.
Además, el estudio ha podido demostrar que esta medida permitiría alcanzar el objetivo fijado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de limitar el calentamiento global a 1,5 grados. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático confirma que no sólo hay que limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, perjudiciales para el clima, de aquí a 2050, sino también en los sectores del transporte y la energía. Además, hay que plantar mil millones de hectáreas de tierra con nuevos árboles. El estudio demuestra que esto no supondría ningún problema.
Muchos árboles siguen sufriendo la sequía que se produjo en 2018.
Debido a la sequía, el bosque está en peligro.
Actualmente, la Tierra tiene una superficie forestal de unos 2.800 millones de hectáreas. Muchos investigadores consideran muy realista plantar 900 millones de hectáreas más. Esto supondría una superficie aproximadamente del tamaño de Estados Unidos.
Los investigadores que buscaban soluciones naturales al cambio climático ignoraron deliberadamente en sus cálculos las tierras agrícolas y las ciudades. Especialmente Rusia, EE.UU., Canadá, China, Brasil y Australia tienen muchas zonas donde se podría reforestar.
Los bosques que se iban a plantar podrían almacenar 205.000 millones de toneladas de carbono cuando crecieran completamente. Desde la revolución industrial se han liberado a la atmósfera unos 300.000 millones de toneladas de carbono. Por tanto, cabe reconocer que se cubrirían dos tercios de esa cantidad. El único problema es que pronto habrá que plantar los bosques. Esto se debe a que estos bosques tardarán varias décadas en madurar y agotar por completo la reserva de CO2. Además, la superficie que podría reforestarse se reduce cada año debido al cambio climático.
El estudio también señala que muchos científicos suponían que la cubierta arbórea estaba aumentando. Esto es cierto en los países septentrionales, como Siberia. Pero no es cierto en los bosques tropicales. Por ello, el cálculo es erróneo, ya que la densidad arbórea en los bosques tropicales es de entre el 90% y el 100% y en los bosques del norte sólo del 30% al 40%.
El cambio climático es un factor de estrés.
¿Es el fin del arce y el tilo en la ciudad?
La Universidad de Zúrich dispone de un ordenador en Internet. Se puede utilizar para cualquier lugar del mundo. Se puede utilizar para calcular cuántos árboles podrían crecer en un lugar concreto y cuánto carbono podrían almacenar estos árboles.
Felix Creutzig, de Berlín, afirma que el estudio utiliza nuevas normas metodológicas. Esto sería el resultado de la ayuda de la inteligencia artificial, así como del potencial de reforestación. Según él, es importante que los países China, Australia, Brasil, Canadá, Rusia y Estados Unidos inviertan mucho en forestación adicional, ya que es donde más árboles podrían plantarse. Sin embargo, Indonesia y Brasil en particular deben asegurarse primero de que se detiene la deforestación.
Los investigadores subrayan que la forestación sólo puede ser una medida de protección del clima y no detendrá el cambio climático por sí sola. Es necesario que se produzca un rápido abandono del modelo económico fósil. Esto podría lograrse sobre todo mediante un precio intersectorial del CO2.