¿Qué tienen en común una isla tropical del Pacífico y la Antártida? Por desgracia, se trata de basura marina. Incluso los lugares más remotos de la Tierra están contaminados por basuras y vertidos provocados por el hombre. Y gran parte de los desechos encontrados proceden de fuentes terrestres. En una reserva marina frente a las islas noroccidentales de Hawai se recogieron 50 toneladas de desechos en sólo un mes. Esto equivale a la basura de 50 elefantes. Esta pequeña muestra dice mucho de la magnitud del problema. Los desechos marinos están por todas partes. Están en el fondo del mar, en la columna de agua, flotando en la superficie o en la playa. Y esté donde esté, causa problemas.
Los animales se enredan, quedan atrapados y mueren. Ingieren fragmentos mientras se alimentan, lo que puede provocarles enfermedades y la muerte. Los corales son asfixiados, lo que provoca alteraciones significativas en hábitats y ecosistemas enteros. Las embarcaciones están expuestas a riesgos para la navegación, como daños en las hélices. Colillas de cigarrillos, botellas de plástico y bolsas de plástico abandonadas en las playas. Los residuos también causan lesiones a nadadores, buceadores y bañistas y pueden provocar el cierre de zonas debido a la contaminación.
La industria turística sufre por ello. No hay soluciones fáciles para el problema mundial de la contaminación marina, pero hay cosas que puedes hacer para ayudar. Puesto que nosotros la causamos, tenemos la responsabilidad de limpiarla. Podemos reciclar más, ofrecernos voluntarios para limpiar las costas y apoyar programas que aborden el problema de forma creativa. Dedica tiempo a investigar qué actos y acciones se celebran cerca de ti. En última instancia, la forma más eficaz de reducir nuestros residuos es no generarlos.
Nuestras islas e icebergs deberían tener algo en común: agua sin plástico.