Dieta vegana para proteger el clima

Combatir activamente el cambio climático con una dieta vegana

Todos los niños han oído hablar del cambio climático provocado por el hombre. Ahora está científica y socialmente aceptado que no es un mito. Sin embargo, muy poca gente sabe lo fácil que es actuar contra el progresivo cambio climático. Pero todos podemos contribuir a la protección del clima, ¡todos los días!

Afortunadamente, volverse activo para el clima es más fácil y barato de lo que puede parecer a primera vista. No es necesario hacer compras caras, ni renovar completamente nuestras casas, ni renunciar al coche o a los bien ganados viajes de larga distancia. La protección del clima empieza en lo pequeño, con las decisiones cotidianas en el supermercado. Que en la cesta de la compra acaben productos animales o alternativas vegetales es mucho más importante para el clima.

Contaminador climático nº 1: Ganadería

No son los aviones, las centrales de cogeneración ni la industria automovilística los grandes contaminadores del clima de nuestro tiempo, sino la industria ganadera y, con ella, el consumo de carne, leche, huevos y otros productos animales. Numerosos estudios científicos han demostrado en los últimos años que la industria ganadera es una de las principales causas del cambio climático. No es de extrañar, pues, que esos mismos estudios nos exhorten a cambiar de una vez nuestros hábitos alimentarios.

Ya en 2006, un informe de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) señalaba a la ganadería como la principal causa de los problemas medioambientales actuales y del cambio climático. Si nos fijamos en la extensión de la cría intensiva de animales, las conclusiones de la ONU no son ninguna sorpresa. Después de todo, los miles de millones de pollos, pavos, cerdos, vacas y otros animales que consumimos cada año necesitan ser alimentados y abrevados. Para ello, se talan bosques a escala masiva, de modo que se puedan utilizar franjas enteras de tierra para el pastoreo y el cultivo de piensos. El cultivo de trigo, soja y otros forrajes también consume enormes cantidades de agua, de la que carecen muchos países.

Por si fuera poco, la cría de animales produce la mayor parte de los gases de efecto invernadero relevantes para el clima, porque los animales excretan amoníaco, dióxido de carbono, metano y óxido de nitrógeno durante la digestión. Si a esto añadimos las emisiones de los procesos de producción, transformación, transporte y almacenamiento de la carne, los huevos y los productos lácteos, tenemos cantidades inimaginables de gases de efecto invernadero.
Según el informe Ganadería y Cambio Climático, del Instituto WorldWatch, la producción de carne, huevos y productos lácteos supone al menos 32.600 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, lo que representa más del 50% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Además, los autores del estudio descubrieron que el metano producido por la industria ganadera es mucho más relevante para el clima que el dióxido de carbono. Por tanto, la clave para una protección eficaz del clima reside en la alimentación vegana. La buena noticia: según los cálculos de los científicos del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK), ¡un cambio en la dieta podría evitar alrededor del 80% de las emisiones de metano y óxido nitroso causadas por la ganadería!

La protección del clima empieza en el plato

Todos hemos oído hablar de lo ecológico, lo regional y lo estacional en relación con la protección del clima. Sin embargo, mucha gente no se da cuenta de que la decisión entre una dieta basada en animales y otra sin carne es mucho más decisiva. Por ejemplo, un kilo de ternera ecológica es nada menos que 90 veces más perjudicial para el clima que la misma cantidad de verduras convencionales. La mantequilla ecológica sigue siendo 10 veces peor para el clima que la margarina convencional. En 2007, el Öko-Institut de Friburgo comprobó la relevancia climática concreta de algunos alimentos. La mantequilla encabezaba la lista de los alimentos más perjudiciales para el clima, y la carne de vacuno ocupaba el segundo lugar. Para los expertos está claro: los productos animales son más perjudiciales para el clima que los vegetales, y una dieta vegana puede ahorrar grandes cantidades de gases de efecto invernadero. La alimentación vegana está de moda al menos desde la publicación de estas cifras. En vista de las numerosas alternativas vegetales, los productos animales no son necesarios ni desde el punto de vista de la salud ni del gusto.

Hazte vegano Sé sano, respetuoso con los animales y con el clima.

Cuando se trata de proteger el clima, no sólo cuenta la elección del medio de transporte o el próximo destino de viaje, sino algo mucho más sencillo: ¡cada decisión de compra y alimentación cuenta! Los alimentos regionales, de temporada y ecológicos son pasos en la dirección correcta, pero por sí solos no bastan para marcar la diferencia contra el cambio climático. Te hacemos un llamamiento: ¡Haz el autoexperimento! Esperamos que tú también consigas pasar de una dieta basada en animales a otra basada en plantas.

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