A pesar de su nombre, el coco no es en realidad un fruto seco, sino que pertenece a la familia de las drupas, cuya semilla es comestible. Está emparentado con las almendras y los pistachos. Una característica especial del fruto es su enorme versatilidad; se pueden utilizar casi todas las partes del coco, incluso las fibras se emplean como aislante térmico. Pero es sobre todo la nutritiva pulpa del fruto lo que se come. También se ofrece en forma desecada y se utiliza como ingrediente nutritivo en los mueslis. El agua de coco tiene pocas calorías y se está convirtiendo cada vez más en una bebida de estilo de vida. El aceite lo utilizan tanto los cocineros como para el cuidado corporal. Los gourmets aprecian especialmente su fino sabor y quienes se preocupan por el cuidado corporal deberían probar sin duda el aceite de coco.No todas las grasas son iguales
Por desgracia, si buscas un alimento adecuado para adelgazar, no lo encontrarás en el coco. Después de todo, la pulpa fresca del coco tiene 360 kilocalorías por cada 100 gramos, lo que no es precisamente bajo. El contenido de azúcar es bajo, pero el de grasa es muy alto. Ésta constituye aproximadamente un tercio de la pulpa, y también contiene hasta un 10% de fibra. Su alto contenido en nutrientes lo convierte en un alimento básico en los países tropicales.
El aceite de coco se licua a 25 grados, por lo que sigue siendo sólido en el frigorífico, por ejemplo. Contiene un gran número de ácidos grasos saturados. Los ácidos grasos saturados tienen mala fama entre las personas preocupadas por la nutrición. Así que la grasa de coco no es necesariamente adecuada para mejorar una ensalada. Su alto punto de fusión por sí solo hace que el aceite de coco sea menos adecuado para este fin. Sin embargo, la grasa de coco sí contiene como componente el ácido láurico, de fácil digestión.
Utilizado con moderación, el aceite de coco da un sabor aromático a los batidos o a diversos platos. También puede utilizarse para el cuidado de la piel y para prevenir las puntas abiertas. Por cierto: una pequeña cantidad de aceite de coco en el agua del baño huele muy bien y no es necesario aplicar loción después.
Un refresco delicioso y natural
En cambio, el zumo de los cocos verdes, el agua de coco, tiene pocas calorías. Un vaso pequeño (250 ml) contiene sólo 50 kilocalorías, lo que equivale aproximadamente a un refresco de manzana. El agua de coco puede tomarse pura o mezclada con edulcorante y limonada.
La leche de coco puede utilizarse como sustituto de la nata. Es una mezcla de agua de coco y pulpa de fruta. La leche de coco no contiene colesterol y puede utilizarse en una dieta vegana.
Conclusión
El lector preocupado por la nutrición no debe esperar milagros del coco. Pero si utiliza esta fruta conscientemente, es una ventaja y puede mejorar significativamente su bienestar y su salud. El buen sabor está ahí por si acaso.