Las salsas cremosas son muy malas para la figura. Puede que lleves este pequeño placer a cuestas durante años. Por tanto, evita las salsas de nata espesa o mantequilla. Las salsas sabrosas también se pueden preparar casi sin grasa. Fríe cebollas, zanahorias y verduras picantes y luego haz un puré con todo: esta sabrosa salsa tiene muy pocas calorías.
Renuncie a asar cada vez más a menudo y encienda en su lugar el horno. Las verduras cortadas en rodajas finas y asadas en el horno con un poco de aceite de oliva no sólo son muy sanas y sabrosas, sino también buenas para la línea. Puedes comerte el schnitzel a pesar de la dieta, pero prescinde del empanado. En lugar de pollo frito con patatas fritas, come pechuga de pollo con arroz.
¿Le gusta desayunar cosas dulces? Aun así, renuncia al cruasán y decántate por los panecillos de sultana. También deberías evitar las cremas de chocolate para untar: ahorrarás la mitad de calorías si comes mermelada en su lugar.
Como ves, no tienes por qué renunciar a todo. Sin embargo, ¡es importante que elijas los alimentos adecuados!