El ejercicio diario al aire es muy importante para los intestinos porque los mantiene alerta, mientras que la inactividad intestinal puede hacer que las sustancias nocivas puedan afectar a la mucosa intestinal al permanecer más tiempo en los intestinos.
Consejo 2: dieta sana
Deben evitarse grandes cantidades de azúcar, grasas y carbohidratos "vacíos", es decir, aquellos que no ayudan a la acumulación. Además, los alimentos no deben contener colorantes, conservantes ni emulgentes, ya que estas sustancias interfieren en la digestión. Es importante comer mucha fruta y verdura, productos integrales, así como arroz y patatas.
Consejo 3: Beba lo suficiente
Deben beberse unos dos litros al día para que los intestinos se limpien correctamente y se expulsen las toxinas.
Consejo 4: Papaya
La fruta tropical papaya es un alimento muy alcalino y contiene muchas enzimas y aminoácidos. Por lo tanto, regula los problemas gastrointestinales.
Consejo 5: Nada de laxantes
Los laxantes no son aconsejables, ya que dificultan la regulación natural de las heces.
Consejo 6: Utilizar antibióticos y cortisona en raras ocasiones
Los antibióticos y la cortisona deben utilizarse raramente porque destruyen la flora bacteriana natural del intestino. Tras una aplicación, se recomienda un probiótico para reconstruir el intestino.
Consejo 7: Bacterias intestinales activas
Con la ingesta diaria de bacterias intestinales activas, por ejemplo lactobacilos y bifidobacterias, el intestino está protegido de hongos y sustancias nocivas y puede absorber suficientes vitaminas y nutrientes.
Consejo 8: Desintoxicación intestinal
Una vez al año se recomienda desintoxicar los intestinos.
Consejo 9: Formas de afrontar el estrés
El entrenamiento autógeno y el yoga ayudan a aprender a manejar adecuadamente el estrés, ya que éste daña el intestino.
Consejo 10: Evitar la privación de sueño
La falta de sueño es un factor de riesgo para el intestino, ya que se ha observado que hay más pólipos de colon en las personas que duermen menos de siete horas. Estos crecimientos benignos pueden convertirse en un tumor maligno.