Otra clave para conseguir una figura esbelta son los horarios fijos de las comidas. Así podrás "reprogramarte", por así decirlo, y adquirir el hábito de una alimentación más sana. Respeta los horarios de las comidas y come sólo en esos momentos: ¡los tentempiés son tabú a partir de ahora! Lo ideal es espaciar las comidas unas cinco horas. Comer con frecuencia provoca una producción constante de insulina en el organismo, lo que hace que la grasa se almacene especialmente bien. Así que deja que tus órganos digestivos descansen entre comidas. El cambio puede resultar difícil durante los primeros días, pero su cuerpo se acostumbrará pronto. Para tener éxito, debe beber mucho; también puede hacerlo entre comidas.
Sin embargo, una comida de varios platos y una figura esbelta no tienen por qué ser contradictorios. Un entrante bajo en calorías puede ser incluso bueno para la silueta. Si comes antes una ensalada con un aliño ligero o una sopa baja en grasas, tu estómago ya está lleno y se expande. Por lo tanto, la sensación de saciedad llegará antes y comerás menos del plato principal.
Así que a partir de ahora deberías ceñirte a tus propias directrices.